
«Por la entrañable misericordia de nuestro Dios» Lc 1,78
Es un trocito del Benedictus, el cántico que hace Zacarías, el padre de San Juan Bautista, ante la salvación que ya despunta. Y es además mi lema sacerdotal. El que me regaló el Señor al ordenarme.
Me dijo que me hizo para gritarle eso al mundo. Y que lo gritaré aunque calle. Porque lo dice mi vida entera, huella y testigo de lo que él hizo conmigo… por su entrañable misericordia.
Cuantas veces me escuchó, me salvó de mil peligros, me devolvió la alegría, me enseñó a vivir, me quitó el dolor profundo del corazón, me acompañó, me explicó lo que vivo y lo que soy, me dio sentido, … cuantas veces me eligió y contó conmigo, en mi mayor fragilidad me antepuso, me siguió enviando,…
¡¡¡Por la entrañable misericordia del Buen Dios!!!